Los cables eléctricos se usan para transportar la electricidad. Se suele utilizar el cobre o el aluminio como agente conductor eléctrico. Éste último es más económico y liviano y, aunque posee una menor conductividad, se aplica en determinados tipos de instalaciones.
Los cables eléctricos suelen contar con un aislamiento plástico de entre 500 µm y 5 cm, cuyo grosor y composición depende de las condiciones de trabajo y ambientales: tensión, temperatura, etc.
Un cable eléctrico consta de los siguientes elementos:
Conductor eléctrico:
Medio que transporta la corriente eléctrica, está formado por uno o varios hilos de metales o aleaciones de éstos.
Aislante: Material no conductor de la electricidad que recubre el conductor para evitar que entre en contacto con otros elementos y evitar el flujo de corriente fuera del cable.
Capa de relleno:
Material no conductor de la electricidad que está dispuesto envolviendo a los elementos conductores para mantener una estructura circular del conjunto del cable.
Cubierta protectora:
Fabricada con materiales protectores de los conductores para evitar que sufran daño a causa de elementos externos: temperatura, rayos UV, humedad, etc.
Los cables eléctricos se clasifican según la tensión de trabajo en:
Cables de muy baja tensión (hasta 50 V)
Cables de baja tensión (hasta 1000 V)
Cables de media tensión (hasta 30 kV)
Cables de alta tensión (hasta 66 kV)
Cables de muy alta tensión (por encima de los 770 kV)
Es muy importante antes de comprar cables eléctricos asegurarse de las especificaciones técnicas del proyecto.